Habitar para pensar: Heidegger

Desde el verano de 1922, el filósofo Martin Heidegger (1889-1976) comenzó a habitar una pequeña cabaña  en las montañas de la Selva Negra, al sur de Alemania. Martin Sharr recupera esta estancia en su libro La cabaña de Heidegger. Un espacio para pensar (GG eds).
 “ En el verano de 1922, Martin Heidegger (1889-1976) se mudó  a una pequeña cabaña construida para él en las montañas de la Selva Negra en el sur de Alemania.  Heidegger llamó a este edificio, de aproximadamente 6×7 metros en planta “die Hütte (la cabaña). En ella trabajó en muchos de sus más famosos escritos, desde sus primeras conferencias, que cautivaron a los estudiantes, y sus primeros apuntes del libro “Ser y Tiempo”, hasta sus últimos y tal vez más enigmáticos textos. Heidegger pensó y escribió en la cabaña a lo largo de cinco décadas, a menudo solo, reclamando una intimidad emocional e intelectual con el edificio, sus alrededores y el paso de las estaciones.
Para Heidegger, Todtnauberg fue mucho más que un emplazamiento físico. En 1934 hablaba  de entender su obra filosófica como parte de las montañas y de que el trabajo le encontraba a él junto con el paisaje. Se concebía a sí mismo como un escritor sensible, sugiriendo que la filosofía transmutaba el paisaje en palabras a través de él, casi sin intermediarios. El filósofo aseguraba que había un sustento conmovedor en el clima cambiante de la localidad, el sentido de  interioridad del edificio, la lejana vista a los Alpes y la primavera. Atribuía una “ley oculta” a la filosofía de las montañas. Mientras que algunos han encontrado un valor en el provincialismo de Heidegger, otros encuentran penosa su abdicación de la acción y su tendencia al romanticismo, dado su destacado compromiso con el régimen nazi en la Alemania de la década de 1930. Al abordar los escritos de Heidegger- en especial a los que se refieren al “habitar” y al “lugar”, que han interesado a los arquitectos- es importante considerar las circunstancias en las que el filosofo se sintió “transportado” dentro del “propio ritmo” de las obras .
Este libro pretende describir y presentar la cabaña de Heidegger para ayudar a los lectores en sus interpretaciones del pequeño edificio. Hasta ahora no se ha publicado una relación detallada de esta cabaña y en este estudio se abordan su configuración, su emplazamiento, cómo llegó a construirse, la disposición de sus tres habitaciones y cómo se utilizó.
El estudio surge de material original, así como de entrevistas a familiares de Martin Heidegger, y hace referencia  a explicaciones del filósofo sobre como percibía la cabaña y algunas versiones de personas que visitaban a Todtnauberg. El libro también describe otro edificio que formó parte decisiva del la vida de Heidegger y que ayuda a clarificar su relación con la cabaña: una casa suburbana construida para él  y su familia en las afueras de Friburgo de Brisgovia, a unos 30 kilómetros de la cabaña y situada 100 metros más abajo respecto al nivel de mar. La evidente falta de impresiones sobre la vida suburbana en los escritos de Heidegger ayuda a clarificar aspectos de la resonancia que encontró en la vida de montaña.
… A través de sus escritos sobre la habitación  y el lugar, en especial los ensayos “Construir habitar pensar” y “Poéticamente habita el hombre…”,  la obra de Heidegger pasó a ser importante para muchos arquitectos canónicos y críticos de arquitectura durante las últimas décadas del siglo XX. El debate arquitectónico derivó de aspectos particulares de los escritos de Heidegger que estuvieron profundamente influidos por su vida de montaña: en especial, un reconocimiento del espacio medido emocionalmente frente al medido matemáticamente; una visión mítica de construir y habitar del pasado, en otro tiempo unificadas  como una única actividad, pero ahora disgregadas  por procedimientos  profesionales y procesos tecnológicos; un deseo de un orden temporal físico significativo; una sensibilidad hacia las dimensiones de presencia y de ausencia; y una interacción mutua de mente, cuerpo y lugar. Hubo numerosas respuestas a Heidegger en escritos de Christian Norberg-Schulz, Kenneth Frampton, Dalibor Vesly y Alberto Peréz-Gómez, entre otros, y en obras de Hans Scharoun, Chirstopher Alexander, Collin St. John Wilson, Steven Hall, Juhani Pallasmaa y Peter Zumthor. (19) El estudio de la cabaña de Heidegger en Todtnauberg no sólo ayuda a clarificar sus escritos sobre el habitar y el lugar, sino que ilumina también las respuestas de esos críticos…”

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