Pandemia_Habitar II

Tal como menciona el artículo firmado por Moisés Pérez y publicado esta semana, la pandemia del COVID19 impuso el confinamiento como medida preventiva y de gestión de la salud pública. Esto llevó a volver sobre un tema no menor que tiene que ver con el espacio de habitación y los modos de habitar.

Por un lado, materiales de construcción, iluminación y ventilación que hacen que sean también medio de vida de gérmenes que conviven con los sujetos, aspectos que hacen a la materialidad de la vivienda. Luego están los aspectos psicológicos, ligados a las relaciones que establecen los convivientes o alguien viviendo solo en un espacio. 
El confinamiento se torna desigual también considerando que las peores condiciones de habitación coinciden con peores condiciones de salud e ingresos.


«Cada vez hay más interés en estudiar la influencia de la vivienda a la salud. Las investigaciones que se han desarrollado apuntan que factores como el frío o la humedad permiten el crecimiento de hongos y otros microorganismos con peores resultados para la salud. La presencia de una alta humedad en la vivienda está ligada con síntomas tales como dolor de cabeza y fiebre o nervios, particularmente los niños y niñas. También con problemas respiratorios », interviene Elisa Chilet , investigadora en epidemiología clínica y políticas de salud en el departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), quien recuerda que« la vivienda es un derecho humano básicoreconocido por las Naciones Unidas, el cual de manera adecuada puede salvar vidas, ayudar a prevenir enfermedades, aumenta la calidad de vida, reducir la pobreza y contribuir a combatir las consecuencias del cambio climático ». «Otros factores que podemos influir en salud es la disponibilidad de baño o agua corriente, la presencia de plagas, la temperatura y la calidad del aire interior, el ruido o la seguridad», agrega.

La incidencia de la vivienda sobre la salud, sin embargo, no es homogénea en todas las capas sociales . «También es importante considerar el entorno físico y comunitario donde se sitúa la vivienda. En salud pública decimos que tu código postal es más importante que tu código genético », indica la experta en salud pública. «Las personas con más ingresos viven en barrios con más servicios y mejores condiciones. Hay un estudio muy conocido que utilizaba la línea de metro Jubilee en Londres para mostrar la diferencia entre barrios. Viajando en esta línea de metro desde Westminster hacia el este se ilustraba la reducción de un año de esperanza de vida por cada parada de metro.






Fuente: El Tiempo

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